En cuanto a la manera de aplicar el oro y aunque no podemos
precisar ni saber el mordiente empleado, sí podemos afirmar, de una manera
cierta y absoluta que se hizo por medio de hojas, tal y como lo hacemos en
nuestros días. Se puede ver al efecto en el Louvre, dentro de las salas de la antigüedad
egipcias, un libro de dorador, abierto y conteniendo hojas de oro. Este libro
está concebido, poco más o menos en las mismas disposiciones que los
nuestros. Data de hace 2000 años.